En un post anterior comentaba que la vivienda ha caído mucho, pero aún
va a seguir cayendo más.
Hablaba del precio de la vivienda en relación al esfuerzo financiero
que hace un familia para poder pagar la hipoteca. Mediante este análisis
veíamos como aún tiene recorrido a la baja para situarse en niveles anteriores
a la burbuja.
Veamos ahora otra forma de mirarlo con un resultado parecido. Veamos
ahora la vivienda como una inversión, es decir, el comprador de la vivienda no
es alguien que va a vivir en ella sino alguien que quiere obtener una
rentabilidad mediante el alquiler.
Si tratamos los pisos como cualquier activo financiero del que
esperamos obtener una rentabilidad asumimos que cuando un activo financiero
ofrece mucha rentabilidad es que tiene un precio bajo y viceversa.
Pues bien veamos aquí cómo ha evolucionado la rentabilidad de la
vivienda en los últimos años.
Vemos como es un gráfico muy similar al del esfuerzo familiar en el
que aún hay mucho recorrido para llegar a los niveles anteriores a la burbuja.
Los alquileres también están cayendo y por lo tanto la rentabilidad.
Por este motivo el precio tiene que caer aún más que los alquileres para que la
rentabilidad alcance los niveles anteriores a la burbuja inmobiliaria.
Sólo cuando
la rentabilidad sea la adecuada los inversores estarán más interesados en
comprar pisos y se frenará la caída del precio de la vivienda.
En
definitiva, tanto con la información de esfuerzo familiar o de rentabilidad
llegamos a la misma conclusión: la
vivienda ha caído mucho, pero no lo suficiente.
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