La burbuja
inmobiliaria y la mala gestión de la banca no han sido los únicos motivos por
los que estamos sufriendo la peor crisis económica de los últimos tiempo. El derroche presupuestario de nuestros
queridos gobernantes ha ayudado mucho.
Nos hemos
pasado de frenada y ahora hay que ajustar incluso más de lo necesario, pero es
que se nos ha ido la olla en la época de bonanza y vacas gordas. Hemos actuado
como ese niño pequeño al que le dan una bolsa de golosinas (los chuhes para
algunos) y se las come todas en una tarde. O como ese adolescente que deja los estudios porque en la obra de la
esquina de su casa le pagan 2.500 euros al mes. Se acaba la obra y le
espera una vida de Inem en Inem.
Los
políticos no han sido más listos que ese crío ni que ese adolescente. Para
muestra un botón: en la cárcel de Pamplona acaban de retirar las 721 televisiones planas con las que se
pretendía dotar todas las celdas de la nueva prisión Norte II. Las teles, que
ya las quisieran muchos hoteles de 4 estrellas, costaron 99.000 euros. Ahora están como locos por venderlas.
Las cárceles
cada día se parecían más a los Paradores Nacionales, con piscinas cubiertas,
televisiones en las celdas y hasta se proyectó un frontón y un campo de fútbol
con césped natural en la de Zaballa (Álava).
Cada nueva cárcel necesita un presupuesto
aproximado de 100 millones de euros.
La cárcel
del Puerto de Santa María que se inauguró en junio de 2007 cuenta con
televisiones en cada una de las celdas y piscina climatizada, entre otros
privilegios.
No se
trata ni mucho menos de tener a pan y agua a los presos, la estadística se ha
encargado de demostrar que la reinserción es algo utópica, pero todo el mundo
merece otra oportunidad. Pero de ahí a pasar la penitencia a cuerpo de rey hay
un largo abanico de opciones.
Los
presupuestos han estado cargados de niños con bolsas de chuches y ahora no
tenemos ni para la merienda.
1 comentarios:
Esta claro que la inversión era para cuando vinieran estos tiempos. Se estaban haciendo la casita.
Publicar un comentario